¿Cuántos poemarios escritos por mujeres se publicaron en 2018? Pregunta clave, a propósito de las famosas listas de literatura que suelen aparecer en esta época del año, y que casi siempre invisibilizan a las escritoras, pues apenas incluyen a tres o a cuatro o, en el peor de los casos, ni las mencionan. La diferencia es escandalosa si contamos cuántos escritores y cuántas escritoras aparecen en las notas. La lista es más larga. Hagámonos las preguntas necesarias, leamos a mujeres escritoras. Las escritoras existen.
Por eso, en Lee Poesía decidimos hacer un listado de los poemarios escritos por mujeres durante este año. Se trata de los libros que hemos leído o nos han recomendado leer. Encabeza la lista Continuidad de los cuadros, de Rossella Di Paolo, que este año fue reeditado por el 30 aniversario de su publicación. También incluimos la poesía completa de Yolanda Westphalen y celebramos el regreso de la poeta Sui-Yun con Alrisha.
Pase, lea y comparta.
CONTINUIDAD DE LOS CUADROS, Rossella Di Paolo (Paracaídas editores)
¡Cuánto importan las palabras ahora que se nos imponen la pobreza en el lenguaje, las mismas frases relamidas, las mismas imágenes en cadena! De pronto, este libro, de Rossella Di Paolo Continuidad de los cuadros, ofreciéndose como una fruta fresca colgando de una rama. Colores, imágenes, a veces una punzada en el pecho: la poesía puede ser «triunfante e inútil como una máscara de guerra ferozmente/ apoyada en una silla», poema que nos deja pensando por unos largos instantes. Sí, hay algo de feroz en este libro que apareció en los años ochenta, y algo de ritual, que marca la piel de colores vivos. Una forma de insurrección del lenguaje, «no domesticado», que juega con las palabras alterando su sentido, diseñando nuevas formas. Es un juego osado, intenso, los colores hacen visible una geografía interior y un espacio, un marco, un cuadro, que da continuidad a la vida fragmentada. Como el pintor Gauguin tratando de nacer a ese mundo intenso y sensual de la Polinesia. En un supuesto paraíso los colores no estarían separados de las palabras. Las vocales tenían colores para el poeta Rimbaud; para Rossella, son barro fresco. Es esa libertad de nombrar la que encontramos en sus poemas hermosos e intensos. Es el mundo de la razón libre que la poeta reinventa para que nos lavemos en aguas transparentes con lo mínimo, lo que nos identifica como personas de este mundo: las palabras. Y entrar en contacto con el mundo vegetal, animal y espiritual que no nos han arrebatado del todo. (Patricia De Souza)
BALBUCEOS DE UN PEQUEÑO DIOS, July Solís (Paracaídas editores)
«Cuando se pretende atrapar a la Poesía con palabras, esta —de naturaleza inquieta— siempre se escabulle. Es por eso que, ante su misterio y las trampas del lenguaje, el poeta solo puede hablar con dificultad, balbucear sonidos que no le pertenecen. Observar el terreno escabroso del oficio poético es un proceso que todo creador, tarde o temprano, debe experimentar. Por ello, en Balbuceos de un pequeño dios, July Solís reflexiona acerca de las limitaciones y alcances de la escritura lírica y, sobre todo, descubre algunos atributos esenciales de su práctica poética: «La palabra muerta me enreda/ pero el lenguaje/ esta enorme tela transparente/ es mi guarida// La casa que me alimenta y me atrapa»».
CORAZÓN DE HOJALATA, Margarita Saona (Intermezzo Tropical)
La primera edición de “Corazón de hojalata” /Tin Heart, se publicó en Chicago, durante el verano de 2017. Margarita Saona había escrito algunos de los poemas originalmente en inglés y otros en español y de ahí surgió la idea de una edición bilingüe. Esta nueva edición es solo en castellano y todas las versiones son de la escritora.
OBRA COMPLETA. POESÍA. YOLANDA WESTPHALEN, Yolanda Westphalen Rodríguez (Fondo Editorial UNMSM )
«La palabra y el tiempo constituyen los ejes temáticos estructurales de la obra de Yolanda Westphalen, una poesía vitalista y existencial que vive y se desgarra intensamente, siente, cuestiona y se piensa a sí misma. Una poesía construida alrededor de la metáfora, la sinestesia y la búsqueda de un estilo eufónico».
ANGST, Valeria Román Marroquín (Colección Underwood)
Se trata de una publicación de la Colección Underwood, a través de Estudios Generales de la PUCP. Los poemas se encuentran disponibles aquí.
PESSOA POR WONG, Julia Wong (Hanan Harawi)
«Pessoa por Wong, como bitácora, se escribe no solo con textos, sino también con imágenes, fragmentos o recuerdos recogidos a lo largo de este y otros viajes. Fotos, fragmentos de canciones, dibujos y pinturas no son aquí accesorios de la obra, sino parte de ella. Este libro propone, pero no indica, un camino. Cada lector hará su recorrido, descubrirá un nuevo Pessoa y, a través de él, a Wong, Portugal, Perú, Macao; en su mezcla, en sus fragmentos, en sus encuentros afectivos y conflictivos, en sus «personas»».
EL PÉNDULO DE LA LOCURA, Stephany Calderón (Caja Negra)
«Si entendemos como cordura toda aquella manifestación que acata los límites, que vive bajo el ‘sentido común’ de lo social e implícitamente aprobado, El péndulo de la locura describe todo lo contrario, pues plasma el tropezado caminar de la autora dentro de un vaivén emocional que apunta hacia la luz, aún permaneciendo en la oscuridad».
MATACABALLOS, Ana Carolina Quiñonez (Paracaídas editores)
«En más de uno de los poemas de Matacaballos, Ana Carolina Quiñonez Salpietro disimula hábilmente, tras el retrato del personaje de Erasmo —un rígido preparador de caballos que convierte su oficio en eje de su vida—, el registro íntimo y aséptico de la gradual descomposición de una familia, desde la perspectiva de una de sus miembros. Por esta razón, la voz protagonista se sumerge en el microuniverso de la hípica y apela a sus símbolos y rituales para cuestionar desde ellos el rol jugado por la figura paterna en su historia personal, pero también para hurgar en el sentido (o sinsentido) de las más diversas relaciones interpersonales. Mientras más se conoce del enérgico amor que siente Erasmo por los caballos, más se revela la distancia que existe entre la protagonista y su padre, pero también entre él y los demás integrantes de la familia. Es así como Quiñonez Salpietro desmonta poema a poema la naturaleza de nuestras propias afecciones».
INTERMITENCIAS, Mariana Espezúa (Perro Calato)
En estos cinco poemas, el yo poético transita entre la vida y la muerte. La voz que habla en ‘Puesta En Escena’ se acerca al borde de la vida únicamente a través de la escritura, y luego de contemplar la vida como “un cuerpo más” o “un puente”, solo ansía que la muerte la encuentre escribiendo “una nueva historia”, en la que incluso “se reconozca el derecho a la risa”. O como dice en ‘Confesión escrita en una hoja que olvidé entre mis planos y que luego se convirtió en un barquito de papel sobre el que terminaste escribiendo el celular de la chica numero 46’: “Todo fin es simplemente otra partida”.
TEMPESTAD, Carla Atencio (Catavento)
Carla Atencio Vergara desafía a su propio vacío en Tempestad, su primer poemario publicado por Ediciones Catavento. “Hay un punto en el que dejas de rendirte y tratas de desafiar tu propio sentimiento”, asegura la autora, quien a lo largo del libro ejerce un conflicto con las palabras: “Ya no sé/ si tiene algún sentido escribir/ pero escribo”. La voz de Tempestad trata de asir el dolor, la furia y la realidad con las palabras, pero “las palabras se fragmentan, me absorben/ se degradan”. De pronto el vacío resulta palpable y hay lugar a una confrontación. Una confrontación que termina de manera provechosa y es capaz de ofrecer “un verso escondido” (…) tras haber aprendido/ a caer de pie”.
ALRISHA, Sui-Yun (El Verso Azul)
También los poemarios:
ÉXODO VITAL de Odette Vélez y Judith Alalú (TAE Perú)
AMPLITUD DEL MITO de María Belén Milla (Alastor)
COMAS de Teresa Orbegoso (Añosluz)
UN TERCER OJO PARA EL TIEMPO DE LA TRISTEZA de Vanessa Martínez (Vallejo & Company)
BLUE TRAGEDY O EL PANFLETO DEL GATITO NEGRO de María Font (Edición de autora)
DISIDENCIA de Katherine Medina (Cascahuesos)
SIENDA de Virginia Benavides (Vagón Azul Editores)
MUSEUM de Andrea Cruzado (Fondo Editorial de la Municipalidad de Trujillo)
Y la plaqueta SEMINARE de Anaomi Alayo