Roberto Juarroz fue uno de los poetas argentinos más importantes. En 1958 publicó su primera Poesía vertical, a las que agregó otros doce a lo largo de su vida. Profundizó en la poesía como una forma de pensamiento y todos sus libros tienen ese tono filosófico en el que se pregunta por la realidad, la poesía, el hombre y el mundo.
A continuación, una selección de sus poemas.
Selección: Mavi Vásquez
Primera poesía vertical
27
Entre pedazos de palabras
y caricias en ruinas,
encontré algunas formas que volvían de la muerte.
Venían de desmorir.
Pero no les bastaba con eso.
Tenían que seguir retrocediendo,
tenían que desvivirlo todo
y después desnacer.
No pude hacerles ninguna pregunta,
ni mirarlas dos veces.
Pero ellas me indicaron el único camino
que tal vez tenga salida,
el que vuelve desde toda la muerte
hacia atrás del nacer,
a encontrarse con la nada del comienzo
para retroceder y desnadarse.
Octava poesía vertical
32
La vida tiene una música de fondo.
Nadie sabe reconocer su origen,
pero a veces nos parece recordar su melodía.
Quizá con eso basta
para no sentirnos completamente extraños,
a pesar de que todas las músicas se eclipsen
como soles impotentes
en los tráfagos subrepticios
de los espacios sin sonido.
Aunque casi ni vivamos,
La música de fondo de la vida
nos permite por lo menos
escuchar el vivir.
Novena poesía vertical
6
Todo se apoya en algo
o cuelga de algo.
Pero ¿dónde se apoya
o de qué cuelga el centro?
Tal vez se apoye en su propia periferia
y también cuelgue de ella.
La rosa se apoya en la tierra
peor en verdad cuelga del cielo.
El pensar se apoya en un desliz del cuerpo,
pero en verdad cuelga del sueño.
El amor se apoya en un espacio recortado,
pero en verdad cuelga de un tiempo recortado.
La presencia se apoya en lo que hay,
pero en verdad cuelga de lo que no hay.
El centro se apoya en un vacío,
pero en verdad cuelga de otro.
Undécima poesía vertical
4
Romper también las palabras,
como si fueran coartadas ante el abismo
o cristales burlados
por una conspiración de la luz y la sombra.
Y hablar entonces con fragmentos,
hablar con pedazos de palabras,
ya que de poco o nada ha servido
hablar con las palabras enteras.
reconquistar el olvidado balbuceo
que hacía juego en el origen con las cosas
y dejar que los pedazos se peguen después solos,
como se sueldan los huesos y las ruinas.
A veces lo roto precede a lo entero,
los trozos de algo son anteriores a algo.
El aprendizaje de la unidad
es aún más humilde e incierto
que lo que sospechamos.
La verdad es tan poco segura
Como su negación.
Duodécima poesía vertical
77
El misterio no tiene dos extremos:
tiene uno.
El único extremo del misterio está en el centro
de nuestro propio corazón.
Sin embargo,
no dejaremos nunca de buscar el otro extremo,
el extremo que no existe.
Bonus Track
✅ Entrevista con Roberto Juarroz por Alejandra Pizarnik
✅ Catálogo de la muestra «Saltos verticales: Roberto Juarroz entre nosotros» en la Biblioteca Nacional.
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