En esta nueva entrada de Lee Poesía compartimos todos los poemas de la plaquette IntermitenciaS (Perro Calato, 2018) de la poeta Marianna Espezúa. Se trata de la tercera publicación de la autora que reúne poemas seleccionados del año 2016 y 2017.
En estos cinco poemas, el yo poético transita entre la vida y la muerte. La voz que habla en ‘Puesta En Escena’ se acerca al borde de la vida únicamente a través de la escritura, y luego de contemplar la vida como «un cuerpo más» o «un puente», solo ansía que la muerte la encuentre escribiendo «una nueva historia», en la que incluso «se reconozca el derecho a la risa». O como dice en ‘Confesión escrita en una hoja que olvidé entre mis planos y que luego se convirtió en un barquito de papel sobre el que terminaste escribiendo el celular de la chica numero 46’: «Todo fin es simplemente otra partida».
‘Puesta En Escena’ también explora la imposibilidad del amor: «Donde la palabra amor sea un hecho y no teoría / una teoría mal planteada» o «¡Dios mío! Estoy por cumplir 24 años y sigues sin existir / yo sigo como cadáver en un río.» Luego se pregunta en ‘Primera Dosis De Anafranil’: «¿Sabes qué es amor? / Yo admito que no» y en ‘Balada de la gata melancólica’ parece llegar a una conclusión: «El amor es arena.»
En el poema ‘Hablar de castillos es solo una etiqueta’, la poeta cuestiona a «ese país violento que ha perdido la memoria colectiva» por «un boleto a Rusia». Recuerda «la cifra de 2 violaciones por hora», y vuelve a dirigirse a ese amor que no existe o no llega: «Anoche me dejaron de nuevo / supongo porque soy una mala anfitriona.»
En ‘Balada de la gata melancólica’, Espezúa denuncia la violencia a la mujer y se reconoce como parte de la lucha feminista: «Diría: Perdón por ser feminista y puta, mamá. / Pero nos están matando / dicen que la corona de espinas es una tiara de adelfas / dicen que estoy loca y sola / y no, / solo soy una más en este aquelarre.»
Foto: Uriel Montufar
Composición: Lee Poesía
Puesta En Escena
a P.S.
Se me olvida que entre las posibilidades
está la de morirme mañana
en este papel de quimera sin alimento
por nunca haber podido colgar mi alma
de un perchero
ni tener el valor de decirle a mi madre
que todo este tiempo
crió a la hija que murió a los 3 días de nacida.
Es tarde
La prisa no es buena consejera,
ni esperarte es una respuesta.
Mientras, solo escribo encima de mi última vida
la vida es un cuerpo más en nuestra cama,
donde tocar tu piel es construir un puente a la muerte
donde nos encuentren escribiendo una nueva historia
en la que se reconozca el derecho a la risa.
Donde la carretera a tu cuerpo sea la más corta
y no tenga esta urgente necesidad
de colgar de tus ojos para sentirme viva.
Donde la palabra amor sea un hecho y no teoría
una teoría mal planteada
sobre una hoja que sangra mañanas frías
en las que escribo tu nombre
1 , 2 , 3 , 1000 veces
1000 veces olvido que mis manos solo tiemblan
cuando recuerdo que aún vivo
porque recordar me traza una vía
al vacío
la costumbre
tu ausencia
y esas cosas.
¡Dios mío! Estoy por cumplir 24 años y sigues sin existir
yo sigo como cadáver en un río.
Este no es otro poema violento
porque por ti he jugado con mi suerte.
Llevo siglos aquí afuera
siendo una tirana sin posibilidades:
la hija que este país no quiere reconocer.
Hablar de castillos es solo una etiqueta
Soy ese país violento que ha perdido la memoria colectiva
como he perdido muchos años queriendo.
Sigo bloqueada, apestosa y olvidada.
Y no aprendo.
El miedo al rechazo aún puede más.
Y sé que el síntoma de la vergüenza nostálgica
es un preludio para una descarga de alto voltaje.
Necesito aprender todo como si la vida no fuera un amante de paso
o el amigo que te abandona.
Tengo 120 años y ya no hay sueños oníricos
mañana 240
ayer 10
llevo unos cuantos meses
sin dirección
pensando en escribir
algo que me aleje de P.S
de A.A
de R.O.
de mi
y nada funciona.
Soy ese país violento
que anoche gritaba de local.
Ese espacio entre un boleto a Rusia
y la cifra de 2 violaciones por hora.
Hablar de castillos es solo una etiqueta
y yo sigo con estas 24 estrellas atravesadas en la cara.
Anoche me dejaron de nuevo
supongo porque soy una mala anfitriona
apagada y monofásica
de las que escriben en arena.
Pésima aprendiz
Pésima amante.
Estoy sin trabajo
Estoy cansada
de este extraño arte de querer hacer las cosas bien.
Hablar de castillos es solo una etiqueta
y yo sigo con estas 24 estrellas atravesadas en la cara
Estoy sola pero no triste
con esta mi amargura que no es amarga.
Nunca aprendí nada
no sé
por ejemplo,
cómo detener lo que ya te domina.
Confesión escrita en una hoja que olvidé entre mis planos y que luego se convirtió en un barquito de papel sobre el que terminaste escribiendo el celular de la chica numero 46
Es agosto.
20+3
Aquí me encuentro,
pestilente y muda,
Mientras tus ojos revientan como burbujas.
Contigo fui un niña de nuevo,
la burbuja de tus ojos recién soplada,
una carcajada de muchos decibeles.
Todo fin es simplemente otra partida.
Y yo tengo fe en el sol
El sol aún trabaja y aquí es muy tarde,
llevo llorando dos siglos y aún no me agoto,
debo dormir, de todas formas,
no vas a volver.
Solo deseo que cambie el clima
y dejes de asfixiarme.
Primera Dosis De Anafranil
Tengo miedo de mi misma
y este irremediable deseo de sacarme el cuerpo
me canso
de querer
ser todo
y no ser nada
Niego la realidad,
no sé ni veo nada
solo la guerra de siempre
mientras estamos aferrados
a una paz
a esta estúpida paz que nunca existió
de la que todos creen saber hablar
¿hablar?
como si supiéramos hablar en realidad
Pero, el lenguaje…
Si, ya lo sé
el lenguaje es también un cuerpo en ejercicio
el lenguaje me descubre enredada en dos brazos que no me pertenecen
que esperan que me parezca a ellas
No saben que soy un sapo y no ellas,
ninguna ni ellas.
Soy un sapo que comete el pecado
imperdonable
de reafirmar su nombre y perder.
Soy un sapo
que quisiera saltar sobre una aguja
que me atraviese aún más a Latinoamérica en el pecho
como si así pudiera reinventarme
como un trapecio vació
yendo y viniendo…
Es cruel saborear el final
estando con los pies en la partida.
Me preguntaba,
¿existen las canciones que se hacen personas?
resulta
que solo eras la proyección de toda variedad de ternura
pero las proyecciones mienten.
Es que mi vida es una herida que no se termina de cerrar
la beso cada vez que me da la cara
la beso intensamente
hay alguien
casi siempre hay alguien
menos hoy
que necesito a todos
en esta tarde que no basta
Sin un sol en los bolsillos
creo que nunca cabré en esa mochila
ni hablaré con Mao sobre los eunucos enamorados
Cantabas una balada triste
hablabas de la distancia y de febrero
Y la tristeza se acaricia
sagradamente
en silencio, bajo un árbol o desde una ventana
filuda,
nacionalizada sudamericana
A ti te acaricié
yo era una bestia herida.
-soy una bestia
estoy herida-
¿Recuerdas cuando te conté que soñaba nacer sin sentimientos?
y me fregué
porque conocí la revolución desde la sangre
logré soñar con cazar arañas que se agotaban con la libertad,
No busco que me salven del infierno,
no quiero salvación
nunca la quise
estoy más allá del bien y del mal
hay una locura inherente en el amor
¿Sabes qué es amor?
Yo admito que no
solo sé que mi mente también es un ser frágil
Que no necesita a dios.
Yo soy mi dios.
Y bueno…
es normal que se caiga el corazón de tanto usarlo.
Balada de la gata melancólica
I
Mi madre me dijo que vio a mi hermana muerta entrar en su vientre
5 horas antes de que nazca.
Nací feminista, puta y felina.
Para los 13 años empecé a ser feliz
hasta que aprendí a soñar.
Renuncié a los colores convencionales
para crear un nuevo tono
similar a un maullido pero con piernas para huir
temprano
antes del desayuno.
Mi madre me dijo
“al que tiene manos nada le falta”.
Y a mí me falta un pedazo
de algo
no alguien
de algo
que me ayude a manifestar la inconformidad de mi ser
Diría: Perdón por ser feminista y puta, mamá.
Pero nos están matando
dicen que la corona de espinas es una tiara de adelfas
dicen que estoy loca y sola
y no,
solo soy una más en este aquelarre.
II
Así que hoy lo pensé mejor
y no quiero quedarme aquí.
Voy a convertirme en una mosca
o en un niño
o en un día de fin de semana.
o en cualquier cosa que odie el viento,
tanto como esta forma de querer
y de recordarme que no hay conciencia cuando se ama.
Creo, que sentimentalmente
soy un desastre.
Tanto
que quisiera poner una letra en mi cabeza
y decirme poesía.
Pero prefiero ser la luz
que se lava la cara con frases ortogonales
y enfermas,
que saben a arena.
El amor es arena.
Debo admitir,
que aunque sentimentalmente soy un desastre
tengo la habilidad de crear jardines.
Soy capaz de re-crear Babilonia
y hacerla una nueva patria
donde podamos
cansarnos de ser nosotros
los inconclusos de siempre
y ser esta bala más a mi cabeza
que revienta cuando escucho
Marianna, es jodido amar.
Este poema no sabe que yo existo
creo que el mañana tampoco.
Si no es aquí, no me quiero encontrar.
Así que voy a convertirme en una mosca
o en un niño
o en un día de fin de semana.
En lo que fuera necesario
para no ser parte
de la falsa sonrisa urbana
Este poema no sabe que yo existo
solo existen mis ganas de partir.
SOBRE LA AUTORA
Marianna Espezúa (Puno, 1993) estudió arquitectura en la Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann. Es feminista y ha publicado Pólux (2013) Ella Distópica (2016) e IntermitenciaS (2018). Sus poemas han aparecido en “10 poetas de un solo caño”, en la antología de poesía femenina “Mis palabras exigen silencio” en “Buganvilla” y en las revistas Libertalia, Sur y Letrasértica.