Enrique Verástegui, uno de los exponentes más importantes de las letras peruanas, falleció a los 68 años. Hoy, en Lee Poesía, recordamos la entrevista que le hicimos al fundador de Hora Zero en octubre de 2017, a propósito de la VII edición del Festival de Poesía de Lima.
Por Juliane Angeles Hernández
Foto: Gian Ávila
La VII edición del Festival de Poesía de Lima rinde homenaje al poeta horazeriano Enrique Verástegui, autor de libros fundamentales como ‘Monte de Goce’, ‘Taky Onqoy’ y ‘En los extramuros del mundo’, entre otros. El evento —que contará con poetas consagrados y jóvenes— tendrá lugar en diferentes locaciones de la ciudad de Lima y va desde el 26 al 29 de octubre del 2017.
Verástegui dijo sentirse abrumado por el homenaje. «No sé cómo agradecer. Me importa que los que me han invitado a este festival queden satisfechos», precisó. El poeta cree que debe existir una ley del libro que permita que “el poeta o escritor no se muera de hambre, y que al menos tenga un pan con mantequilla antes que un pan solo”.
La inauguración del festival será en la Biblioteca Nacional (sede Abancay) a las 7:00 p.m. La mesa de honor estará integrada además de Verástegui, por la poeta Rosina Valcárcel, el crítico literario Paolo de Lima, el filósofo Zenón De Paz, e Isabel Verástegui, hermana del poeta.
Me siento en principio abrumado. No sé cómo agradecer. Me importa que los que me han invitado a este festival queden satisfechos. Es como publicar un libro. No sabes si va a ser leído o no, hasta que el libro es leído por alguien que tú piensas que es el lector ideal. La producción de escribir termina con el lector.
Los poetas jóvenes lo admiran y lo siguen. ¿Siente que tiene más empatía con ellos?
Yo soy amable con todos. Las antiguas generaciones también me quieren. Yo trato de que ellos queden satisfechos con lo que escribo.
¿Qué está escribiendo ahora?
Escribo y leo todos los días. Hace poco me leí cinco libros de matemáticas en tres días.
Matemáticas.
Me gustan las matemáticas. Es un placer secreto.
¿Qué opina sobre los movimientos que reivindican a las autoras en poesía peruana?
Ese proceso no solo es peruano, sino latinoamericano. Sobre todo universal. Hay un criterio en el mundo que busca que la mujer sea comprendida y llevada hacia sus metas sin miedos. Las mujeres han hecho poesía, la hacen y la harán.
‘Bodegón. Poemas recuperados 1973-1976’ fue uno de los poemarios más vendidos en la última Feria Internacional del Libro de Lima…
Son poemas que publiqué, a veces por angustia. Han pasado 45 años. Luego Renzo Porcile y su gente de Vallejo&Company buscaron en los archivos y encontraron los poemas que ahora se publican bajo el título de Bodegón, que es un homenaje a la pintura.
¿Hora Zero fue uno de los mejores momentos de la poesía peruana?
Claro que sí, pero se sigue considerando Vanguardia. Yo digo, por principios de mí mismo, que se trata de luchar con el hombre unidimensional. Desde mi punto de vista, siguiendo a Herbert Marcuse al pie de la letra, desde hace 45 años, yo he tratado de ser no solo poeta, también narrador, cuentista, novelista, matemático, físico y periodista.
El poeta no solo debe alimentarse de poesía…
Lo ideal es que el poeta no sea solo poeta, porque no se sabe qué cosa es poeta. El poeta debe buscar a la altura de sus circunstancias.
¿Tiene libros en espera?
Sí. Me falta publicar un libro en prosa y otro de cuentos. Una obra de teatro y novelas también. Me comprometo a seguir publicando y a escribir prosa.
¿Por qué prosa?
Porque no quiero cansar al lector. No me quiero repetir.
Los peruanos no leemos mucho, y sin embargo, las grandes y pequeñas editoriales no dejan de publicar libros. Hay libros, pero poco lectores, sobre todo en poesía…
Para sintetizar, hay que luchar para que haya una ley del libro que permita que el poeta o escritor no se muera de hambre, y que al menos tenga un pan con mantequilla antes que un pan solo.
*Entrevista publicada originalmente en trome.pe (octubre, 2017)