Álvaro Pérez Sastre (Cali, 1979)
Es comunicador social y periodista egresado de la Universidad Externado de Colombia. Cursó además una maestría en filosofía en la Universidad del Valle. Actualmente reside en Lima, donde ejerce la docencia universitaria. Conciencia de la espera, su primer libro, reúne textos escritos durante veinte años.
Foto: Álvaro Pérez Sastre
Composición: Lee Poesía
¿…?
¿Pero cómo escribir algo distinto ahora cuando escucho la
inacabable recitación de la lluvia nocturna que se precipita y
corre afuera y resuena oscura al interior de esta habitación en
la que pululan lagartos escurridizos que anhelan la plenitud
solar del mediodía?
ANTIGRIETAL
El departamento de investigación y desarrollo de nuestra Corporación constató experimentalmente que dicha crítica tenía fundamento. En efecto, las grietas nunca eran exclusivas de un ámbito en particular sino que constituían, por así decirlo, ramificaciones de grietas de otros ámbitos, ramificaciones que a su vez se ramificaban creando y recreando continuamente un intrincado entramado de grietas. Lo anterior implicaba en la práctica que el uso de alguno de nuestros productos en una grieta en particular evitaba el desarrollo de dicha grieta en un reducido sector, pero no evitaba que la grieta persistiera y afectara otros sectores no intervenidos todavía. Así pues, a fin de obtener un resultado definitivo la aplicación de los distintos productos antigrietas debía ser integral y sincrónica, a escala planetaria. El proyecto para lograrlo enfrentó, como bien se sabe, innumerables obstáculos en sus etapas preparatorias, lo que se tradujo en el empleo sin precedentes de antigrietales. (Aprovecho para desmentir categóricamente que agentes de alto rango de nuestra organización urdieran un sabotaje.) De modo que cuando la bóveda celeste empezó a ceder no contábamos con suficientes existencias. Hay que ver lo difícil que ha resultado para la Corporación gerenciar el fin del mundo.
EL CRIMEN VERDADERAMENTE PERFECTO
Asesiné al sepulturero.
Lo hice con la misma pala
que él empleaba
para excavar las tumbas.
Todos saben que lo maté,
pero como tomé su lugar
nadie ha dicho nada.
TRINCHERA
El sol estaba muy alto en el cielo, pero mi sombra no cesaba de
alargarse. Y cuando mi sombra se alargó hasta alcanzar el poniente
me sumergí en ella. Así pude resguardarme de las luces
espurias que acechan desde los rincones de la noche….
Disparo uno que otro poema al aire.1
INCERTEZA
La duda carcome el poema,
carcome cada verso.
Se corroe a sí misma la duda:
el verso equívoco se torna cierto.
¿Pero no debería ser mucho más difícil de pronunciar la
palabra certeza?
Terminada la última tanda de correciones
quizá convenga revisar en unos días.
Quizá no.
¿No sería mejor cambiar de ocupación vespertina?
¿Dejar la escritura de versos y aprender el lenguaje Java?
Mi gato sabrá más de estas cosas que yo.
DE VUELTA A ESTA REALIDAD UN POQUITO NOIR
Pusiste tu mano en mi hombro
y dijiste: «Vuelve a la realidad.
Estás más allá que acá.
Después de medio día
se alargan las filas».
Imposible
para ti saber
que el detective Ovidio Peirce
-en su época dorada-
estaba a punto
de revelar el autor
y las circunstancias
de los voraces incendios
que tuvieron lugar
entre el día de acción de gracias
y el día de navidad
en los distritos 4 y 7,
revelación
que probaría la inocencia
del pirómano Franz Bratz
y esclarecería
las aparentes negligencias
del Departamento
de Bomberos.
No podías saber, repito,
que el detective Peirce
estaba a punto
de hacer tal revelación.
Así que me levanté
sin rencor
de la silla
y me dirigí
a la ducha.
Cuando volví
estabas revisando
que no faltara ni uno
de los documentos
que había que llevar
a la Oficina Central
de Migraciones.
En este mundo
de pantallas y antenas
hallar la luz.
De lo real
sabes ya muchas cosas,
espejo roto.
1. Este verso se encuentra justificado a la derecha y a la mitad vertical de la cara opuesta de la página.